2015/05/29

Efeméride :Cordobazo


Clínicas, así se llama el barrio cordobés donde vivía gran parte de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba. El lugar era uno de los epicentros en donde se realizaban manifestaciones, y donde la teoría se juntaba con la práctica. Hijos de obreros a los que el peronismo ayudó a que fueran a las universidades, ahora apoyaban a los trabajadores.
Los planes marchaban como estaba previsto: movilización desde las fábricas al centro. El 29, la ciudad de Córdoba era un cuartel con policías por todos lados, cerrando pasos y puentes, intimidando para que la columna de trabajadores no arribara al centro administrativo.
Alta Córdoba, Villa Revol, Santa Isabel, La Calera, Ferreyra y Alberdi eran los barrios desde donde marchaban los trabajadores. Desde Clínicas, llegaban los estudiantes. Eran poco más de las once y los manifestantes sumaban miles.
Pasaron las doce y comenzaron los choques. Violentos y desiguales. Policías y obreros. Minutos después de las 12:30, una ráfaga de FAL impactó contra la manifestación. En el Boulevard San Juan y Arturo Bas murió el primer trabajador de los más de 30 que asesinaron, aunque las cifras no fueron nunca realmente concretas.

El 29 de mayo de 1969, obreros y estudiantes protestaron en medio de un gobierno de facto. En la rebelión popular, de la que se cumplen 46 años, hubo al menos 30 muertos y más de 100 heridos.

En Córdoba los movimientos gremiales eran de peso y contaban con el apoyo de las organizaciones estudiantiles.
El sindicalismo fue el ariete. Agustín Tosco, el dirigente de Luz y Fuerza adscripto a la izquierda clasista y referente de la CGT de los Argentinos, acordó junto con Elpidio Torres del gremio  de Smata y Atilio López de la UTA,  la realización de protestas y reclamos.
Se sumaron los gremios más importantes y los de corte local.  El peronismo estaba proscripto, la UCR se sumó  y la izquierda no vaciló en salir a la calle.
Las chispas se encendieron en la periferia: en los barrios se organizan marchas y protestas. En las afueras de la ciudad estaban las viviendas en donde trabajan los obreros, pero también estaban las fábricas. 
El ambiente cordobés era un caldo. El 16 de mayo, un paro de 24 horas registró un gran acatamiento. Carlos Caballero, el gobernador de facto de esa ciudad, no sólo desestimó la medida, sino que decretó una suba salarial para la Policía. Nafta al fuego.
Cinco días después de que el aumento sólo pusiera felices a los policías, los gremios apostaron por hacerse escuchar con mayor fuerza. El miércoles 21 decidieron un paro de 37 horas y movilización. Todo comenzaría a las 11 del jueves 29.

FUENTE:DIARIO DE LA REPUBLICA

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